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"El puzle de la Vida"

Actualizado: 26 abr 2023

Una historia de la Vida.


Un mundo mejor, un mundo donde brille más la luz, es posible.


Imaginaos un puzle. Un gran puzle compuesto por miles y miles de piezas. Piezas pequeñitas, cada una con su forma determinada, específica y especial. Pero es un puzle incompleto, donde cada pieza no está en su sitio, está todo suelto, desordenado y alocado. Además, cada una de esas piezas parece estar triste. Están de colores grisáceos, negros, degradadas. Como si no fuesen alegres y plenas. Solo una ínfima parte del puzle parece estar unida y brillante, expresando realmente lo que son. Pero es algo tan lejano, aislado y fugaz, que apenas es apreciable por el resto de piececitas.

Todas ellas se decían a sí mismas "¿Qué bonito y armonioso quedaría el puzle terminado y cuanto color y luz tendría?" Todas se dicen así mismas: "si el puzle cambiase, que feliz sería".

Pero hay una cosa de la que las piececitas no se daban cuenta, y es que, dentro de cada una de ellas, debajo de todo ese color gris y oscuro que mostraban, hay un color maravilloso, intenso, brillante, con unos matices inimaginables.


No son capaces de verlo y ni se imaginan todo eso que está dentro de ellas mismas.


Un día, una de ellas decidió que ya bastaba. Decidió emprender nuevas acciones y comenzó a buscar su color, pasando, de quejarse tanto de lo que sucedía, a centrase y a imaginarse cómo sería ese cuadro terminado. Comenzó a preguntarse qué podría hacer para alcanzar que ocurriese, ya que día tras día, solo continuaban en el mismo estado.


Decidió buscar. Decidió crear. Decidió cambiar.


Comenzó a mirar dentro de ella misma. ¿Y qué vio? Vio tristeza, rabia, ira, pereza... algo que no era lo que ella quería. Que todo eso no la hacía sentir de verdad como ella era y deseaba. Pero les dio su espacio, entro también a comprenderlas y a sentirlas, descubriendo con esa acción que afrontar esas emociones era necesario, conociéndolas y viendo lo que le aportaban.


Pero una vez hecho esto, emprendió nuevos paso. Vio y sintió dentro de ella, además, la alegría, el amor, el cariño, el compañerismo, el compartir, el respeto y la bondad. Y pensó: "¿Cómo podría ver el puzle lleno de color, mostrando toda su belleza y expresión, si yo no estoy mostrando eso?" Pensó y pensó. Y decidió actuar. Comenzó a quitar todo eso que no le gustaba.


Trabajó y sudó. Y empezó a brotar el brillo que llevaba dentro, lo que la motivó, a seguir y seguir ese camino. "¿Cómo compartir esto?" pensó. Deseaba que cada piececita hiciese lo mismo y que vieran lo que había sucedido. Las demás, andaban metidas en la pereza, en la queja, encerradas en sus miedos y apenas le hicieron caso. Pero esta piececita, no se cansó, y no paró. Continuaba buscando cada vez más luz en su interior, más belleza y amor, y cada vez, lo expresaba más y más, paseando entre las otras piezas, sombrías, oscuras y tristes.


Y no era un camino fácil en algunas ocasiones. Debía transitar momentos complejos, situaciones complicadas por lo que ocurría, por lo que experimentaba. Pero en su interior algo le decía que continuase y además ella, sentía como al afrontar y superar todo eso, brillaba más y sentía más tranquilidad, más serenidad y seguridad. Comenzaba a confiar.


Un día, algunas de esas piezas, preguntaron por fin a piececita qué estaba haciendo, cómo estaba consiguiendo sentirse y mostrarse así. Felizmente, compartió con todas ellas, las acompañó, y cooperando, y como por arte de magia, empezaba a brillar cada vez más luz dentro del puzle. Comenzaron a unirse, a encajar unas con otras, y poco a poco el cuadro, tomaba forma.


Algunas otras piezas, sencillamente, sin preguntarle, vieron también que era posible cambiar y se pusieron manos a la obra. Las demás, permanecían en ese camino automático y más apagado, repitiendo un escenario similar.


Ellas, decidieron cambiar esos colores oscuros que las representaban, y mirar lo que de verdad eran y sentían en su interior. Creyeron y decidieron ir a por ello. Lograron ver que construir el puzle era posible, que simplemente dependía de cada una de ellas, y de la manera en que se organizaban, colaboraban y se apoyaban. El cuadro comenzaba a ser más armonioso y lleno de color. Fueron recorriendo todos los lugares, y en su viaje, encontraban otros grupos de piezas que también, paso a paso, iban haciendo lo mismo.


Se estaban mostrando auténticas, bellas, expresando lo que cada una tenía que decir y mostrar. Se fueron sumando, uniendo colores y formas. Vieron que formar el cuadro era dar pasos cada una de ellas para aportar y contribuir con el grupo.


De repente, cuando quisieron darse cuenta, el cuadro ya emanaba más luz, más color, la forma con la que ellas soñaban y que sabían que era posible, dentro de cada uno de sus corazones.


El puzle comenzaba a formarse y a tomar una luz, un brillo y unos colores increíbles e inimaginables hasta ese momento.


El Amor, el Verdadero Amor estaba floreciendo, estaba mostrando su verdadero aspecto.


Y todo esto comenzó, porque pequeñas piececitas sintieron que ellas no eran así, que ellas no querían eso que existía. Soñaban con lograr un puzle completo, un lugar mejor donde expresarse y relacionarse. Un lugar donde el Amor y la armonía rodease todo. Vieron que es solo con el Amor, con lo que suceden las cosas más maravillosas de este planeta. Sintieron que el Amor estaba dentro de todos sus corazones y confiaron en que era posible, construir, ese maravillo puzle.


Deseo que te haya gustado e inspirado. Gracias por leer.


Un saludo.

Andrés López.


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